Hoy nos bajamos en Ciudad Lineal. Es jueves, 11.00 horas; el barrio es puro bullicio porque la calle Alcalá está repleta de comercios, y sorprende cómo un nombre que remite al centro de la ciudad hace que la periferia no lo parezca tanto. Si mentamos la famosa vía, nuestra cabeza se llena de las mismas imágenes que encontramos en Google. La más típica: la de su confluencia con Gran Vía, donde reina el edificio Metrópolis. Pero Alcalá también es esta parte de la ciudad cuyo nombre evoca una línea recta, y por tanto un orden desmentido por la heterogeneidad desconcertante de los edificios y por lo variopinto de su vecindario. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ.
No sé lo que pasa últimamente con este blog de Elvira Navarro desde que fue optado/captado/o desnortado por EL MUNDO en su afán de demostrar que saben más que nadie. O quizás sea desvío amoroso de los acompañantes guía que se consigue doña Elvira que prefieren hablar/relacionar la breve descripción con su propio corazoncito barriero. Y éste, al parecer, no sale del área de encuentro entre la calle Alcalá ya casi carretera antigua a la verdadera Alcalá, inmediaciones de la estación de Metro Pueblo Nuevo, afición al cruce de Alcalá con el final de Arturo Soria antes de que se convierta en el eje de otro barrio, o no sé.
ResponderEliminarLo cierto es que CIUDAD LINEAL hay una sola, basada en el trazado lineal exógeno al área urbana de Madrid hacia el último tercio del XIX, para convertirla en una zona periurbana asentada en el recorrido de un tranvía de ida y vuelta, situación ideal para poner un tranvía en la periferia, la de antes, y demostrar para qué sirve un tranvía realmente, circulando sobre rieles con pastito debajo.
La original del proyecto daba la vuelta a todo el Madrid de entonces, pero sólo llegó a construirse ésta, la de la vertiente oeste entre el sur y el norte. La Ciudad Lineal de Arturo Soria era la demostración, teórica, de que una línea reparte mejor la equidistancia urbana de su relación con el transporte. Sólo dos manzanas de fondo organizaban la Ciudad, que nunca podría serlo en su continuidad, aledañas al canal d circulación del tranvía, con sus paradas equidistantes, etc. Las manzanas se organizaban en parcelas con unos tamaños medios base para poder construir una casa familiar normal. Si querías un caserón representativo, que también los hubo y algunos perduran, te comprabas dos o más lotes. A la espalda, o contrafrente, los terrenos valían menos por eso mismo, y las casas solían ser más modestas. Total que una ciudad interclases pudo tomar cuerpo, con sus servicios de abastecimiento, bares, etc. equidistantes en manzanas determinadas.
La reforma especulativa de los ´70/80 permitió cambiar muchas constantes y generar nuevos territorios para ser construidos, la vivienda unifamiliar dio paso a los bloques o conjuntos de viviendas adosadas, apareadas, etc. Apenas perduraron algunas construcciones para el abastecimiento, y surgieron nuevos asentamientos de volúmenes más grandes para empresas, casas colectivas, servicios de categoría (hospitalaria por ejemplo), etc. Como siempre, la idea de la Ciudad Lineal fue admirada en media Europa, menos en la España del desarrollismo final, que consideró un desperdicio tanto espacio sin aprovechar económicamente. A pesar de todo mantiene ciertos valores de pulmón verde urbano con el que fue concebida, pero mucho más densidad.
Norberto, Periferia ha sido siempre un blog de paseos y de impresiones subjetivas, no una traslación de la Wikipedia. Y esa es también la idea para los artículos de El Mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarAh, bueno, entonces escribiré en la WIKI, de a pié. Y es que a veces lo subjetivo empasta la realidad. Lo siento, pero siempre creí, sentí, que Periferia iba más allá.
ResponderEliminarY sigo, si me dejan: Creo que el traspaso o republicación a través de EL MUNDO on line ha cambiado ciertos parámetros de éste interesante y crítico blog.
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